"¿Y cómo te llamas?", pregunté al fin, "Gerard Way, ¿y tú?", "Soy Frank Iero, mucho gusto en conocerte chico lindo", te ofrecí mi mano al presentarme, tú la tomaste y entonces pasó, sentí una punzada eléctrica recorrer todo mi cuerpo con el simple tacto de tu piel y sé que tú sentiste lo mismo, pues tus mejillas volvieron a colorearse con mayor intensidad.