Después de 11 años, lo volví a ver en aquella fiesta de Los Angeles, traté de disimular y no ponerme más nerviosa de lo que ya estaba, pero luego recordé que ya no era una adolescente de 15 años y mandé al carajo mis nervios. ㅡ¡Hey!ㅡexclamó con una sonrisa, una vez estuviera sentado frente de míㅡRoss Anderson, por poco y no notaba tu presencia. ㅡBuenas noches Nickolasㅡsaludé con seriedad, con mis piernas temblando y diciéndome a mí misma en mi mente que no le sonriera. ㅡ¿Desde cuándo tanta formalidad dulzura?ㅡaquel sobrenombre, aquel que tanto amaba cuando era tan solo una niñaㅡNo seas así de orgullosa, aunque te hace ver aún más hermosa de lo que ya eres. Y ahí vamos con el coqueteo, sigue poniéndome nerviosa como cuando éramos niños, aunque pensándolo bien.... actúa como si nunca hubiera pasado algo entre nosotros. Y esa, es la historia que hoy quiero contar.