- ¿Es enserio lo que me estás pidiendo mamá? ¿Tengo que recordarte la edad que tengo? -gruñó el rizado al teléfono mientras Anne volvía a suplicarle.
-Por favor Harry, nada te cuesta acompañar a tu hermana, no es como si no te gustaran los clubes y las fiestas, ¿Qué tiene de malo? -se escuchaba la voz fuerte a través del parlante del auto.
-Es una fiesta de adolescentes mamá, no tengo nada que ver ahí, además Gemma ya es una adulta responsable, puede ir sola.
-Harry, tu sabes los peligros que hay últimamente en las calles, me dejaría más tranquila si la acompañas, además, ¡es su cumpleaños!, ¿hace cuando no celebras con tu hermana por tu maldito trabajo? -siseo Anne enojada. Harry podía imaginarla con el ceño fruncido viendo el suelo con una mano en la cintura. Suspiró. Por su cabeza pasó la imagen de Gemma deprimida en su cuarto, viendo fotos de todos divirtiéndose en redes sociales. Gruñó. ¿Por qué tenía que ser tan buena persona?
-Está bien. Pero dile que pasaré como a las 9, necesito descansar antes de ponerme a cuidar a tu hija y a sus amigos. -bufó el rizado.
-Tu hermana Harry, no lo olvides. Y gracias cariño. Te amo. -el sonido de un beso se escuchó fuerte por todo el auto, mientras Harry aparcaba en el estacionamiento de su trabajo.
- Te amo -presionó un botón del volante y la llamada se dio por finalizada. Suspiró cansado.
Eran las 9 de la mañana y de repente quiso volver a la cama, sería un largo día, y tal vez si la suerte lo odiaba, una larga noche.
~Donde a Harry le toca cuidar a Gemma en su fiesta de cumpleaños en un club, mientras uno de sus amigos trata de seducirlo. ~
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.