La vida solía ser fácil. Sólo tenía que preocuparme por la animación, por el instituto. Mis mayores problemas eran las noches a solas en Seattle y en ocasiones los proyectos escolares. ¿Mis pensamientos? Mis pensamientos eran sobre fiestas, sobre chicos, sobre chicos en fiestas. Lo echo de menos, porque al final del día mis preocupaciones son otras. Mis verdaderos problemas eran sobre aquella parte del mundo que muchos ignoran que existen. Elementos, dimensiones, poderes, luchas, desastres. ¿Y ahora? Ahora simplemente estoy consumida.