Mar de turquesas: Crónicas del tiburón blanco

Le llamaban el mar de turquesas.
Uno de los muchos mitos que surcaban los mares.
Decían que sus aguas eran las más transparentes y puras del mundo, y que las turquesas, piedras preciosas de un azul infinito, brillaban en el fondo, de una riqueza inimaginable.
Decían también que el tesoro estaba maldito, protegido por el mismo mar, que se rebelaba y retorcía en olas y huracanes que llegaban hasta el cielo, guardando las gemas, y a sí mismo.
Nunca creí en las leyendas ni historias de fantasmas.
Solo eran eso, historias.
Fábulas que Dan me contaba para pasar el rato en la mar.
O eso creía yo.
- Sheila Black