"¡Despiadado creador! Me has dado sentimientos y pasiones, pero me has abandonado al desprecio y el asco de la humanidad" ~Mary Shelley -Los odio, humanos sin humanidad capaces de sentir y experimentar. -No los odias, los envidias- Le dije, él me regaló una mirada llena de melancolía y tristeza. -El amor es, sin lugar a dudas, lo más sublime y sádico. Estoy acostumbrado a vivir bajo la penumbra de mi corriente intelectual, verlos felices, con sus parejas, mientras carcomido me inundó en soledad, os envidio seres humanos, capaces de sentir. Soy un monstruo, me siento por mi mismo un inescrupuloso monstruo Todos conocemos de Víctor Frankestein, el científico loco que se obsesionó con la vida y la creación de está misma. Ya saben la historia, rayos en los cielos cayendo directo a las columnas de metal puro, la creación elevándose por los cielos, un hombre y una bestia impía. Los que conocemos la historia la contamos desde nuestras propias perspectivas. Lo que pocos saben (o casi nadie sabe) es que aquel hombre conocido por muchos como un genio y por otros como un monstruo, tuvo una hija, sí, una hija. Mi nombre es Ana, Ana Frankestein. Fui testigo de la vida que se dio dentro del castillo, yo vi sus ojos por primera vez. Pero... Un hombre sin alma no es un hombre, quizá solo sea un bestia. ___________________________ ADVERTENCIA ⚠️ ESTÁ HISTORIA CONTENDRÁ ESCENAS VIOLENTAS, CONTENIDO SEXUAL EXPLÍCITO, SADISMO, SADOMASOQUISMO Y URGIAS. Por lo cual, tendrá categoría +18 y leerla queda bajo responsabilidad del lector, cumplo con advertir. Está historia es completamente mía, cualquier copia y/o adaptación de esta obra será denunciada.
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