SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA -Debes tomar una decisión, Abigail -me miró con desesperación. Necesitaba saber la respuesta como el aire que respiraba-. ¿A quién eliges? Los observé a ambos, mi corazón latía como si recién había acabado de correr una gran maratón. Era consciente que estaba a punto de romperle el corazón a alguien, sabía que quizá, también estaba a punto de dañar un poco el mío, pero ahora que estaban los dos frente a mí, me di cuenta que desde hace mucho sabía la respuesta a esa pregunta y que tomar una decisión no era tan difícil. -A ti -miré a mi elección sin dudarlo-. Siempre fuiste tú.