Esa noche solo tomé algo rojo, recuerdo que el del bar me dijo: ¡bébelo!, de igual forma las penas se ahogan con alcohol, que iba a saber el barman lo cuan roto estaba ¿Se notaba en mi cara?, ¿lo notaba yo en el reflejo de la copa?. Había ido solo para desahogarme o para pensar en que tan destrozada estaba mi vida, cualquiera de las dos eran buena opción, mi única condición: No volver a estar lucido por el resto de mi vida.
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