A Edward Collin le gustaba la actitud y chispa juvenil que John tenía y su cabello rubio brillante que le hacía resaltar entre la gente. A John Laine le gustaba la manera en la que el pelo de Eddie se enrollaba, la paciencia y calma que transmitía con todos y su sinceridad. Entonces, ¿cuál es el problema? La época, las apariencias, su familia. Cosas que deberían de ser aliados suyos. Ambos tratarán de quedarse uno al lado del otro a pesar de que es bien sabido que nada permanece en York.