La onda se expandió por todo el lugar. Pude sentirla, la energía fluyendo a partir de mi. Ahogándome, casi asfixiándome. El tiempo se enlenteció y pronto perdí el equilibrio, cayendo sobre mis rodillas. Todo comenzó a oscurecerse y no tardé en caer por completo al frío mármol, inconsciente. Lo último que recuerdo son voces, casi susurros, y tenues figuras. Todo se veía borroso. A partir de allí, me dejé llevar por la corriente en un interminable mar negro, tan profundo como la noche. Me quedé allí y ya no pude salir. QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDO CUALQUIER TIPO DE COPIA, PLAGIO O ADAPTACIÓN DE LA MISMA.