Mi vida era perfecta, hasta que él llegó. No le bastó con hacer de mi existencia un yogurt y levantar calumnias sobre mí, obligándome a permanecer como rehén a su lado. No. Sino que también se dedica a agotar el poco suministro de paciencia que Diosito me dio, además de perturbar mi entorno con sus sonrisas petulantes y sus chaquetas de cuero. Pero que se cuide, porque de lo que si puede estar seguro es de que me vengaré... Cueste lo que me cueste.
11 parts