Sus esfuerzos por morir no daban resultado. Hiciera lo que hiciera, siempre volvería al principio. Es por eso que, cuando presenció una diferencia en la segunda vez, pensó que quizás, seguir adelante no sería tan malo como las anteriores.
Pero se equivocaba. Nada podía ser peor que la consecuencia de aquella diferencia. Sin embargo, se lo había prometido a ella, y no podía defraudarla, así que por más que quisera, no habría una tercera vez.
Además, el doctor lo había dicho, ¿no?:
«-[...]𝘴𝘦 𝘣𝘢𝘴𝘢𝘳𝘢́ 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘰𝘮𝘦s».
No había mejor invitación para torcer el destino que esa.