Soy consciente de la realidad y la ficción, y me han dicho muchas veces eso de que no merece la pena dejarse llevar por la atracción o la pasión, porque son cosas que desaparecen. Me decían que debía decantarme por lo seguro, por lo fácil, pero siempre he sido fiel a un hecho irrefutable: un héroe te sacrificaría para salvar el mundo, mientas que un villano sacrificaría el mundo para salvarte a ti. La decisión que tomé no fue fácil, pero fue mía, y mi historia no sería la misma si no hubiera actuado como lo hice. Ahora voy a contar la causa de mi dicha, y a su vez de mi desdicha, y creo que eso bastará para explicar lo que he dicho antes.
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