Polvos Adulterados

Ambición, astucia, e inteligencia eran los ingredientes exactos que complementaban a Victor, Luis, Alonso y a mi: Sergio.

Desde pequeños nos crió nuestra abuela como hermanos, pero fuimos separados por un futuro mejor cuando niños y unidos por el destino nuevamente, después de morir la doña.

Contaré nuestra rutina de verano en la hacienda familiar, ubicada en un pequeño y caluroso pueblo del oriente del país, caracterizado por el peligro de las calles y los misterios en las adyacencias descubriendo muchos de sus secretos. Una vez que empezó la pubertad íbamos conociendo nuestras personalidades realmente, pero toda las costumbres, límites o enseñanzas, fueron quebrantadas tan fuerte como el sonido de un relámpago al obtener un vicio que quizás podría costarnos la vida.

Desde pequeñas sabiamos cuáles eran nuestras metas y qué queriamos en la vidas. Principalmente salir de la pobreza. Lo conseguiríamos a pesar de las circunstancias y dificultades que se cruzaran en el camino, y como siempre decimos: "dispuestas y decididas a dar todo por el todo."

¿El mayor reto? Evitar todo tipo de sentimientos que hiciera sentirnos "débiles", palabra que no existía para nosotros, hasta que los cuerpos hambrientos de pasión y deseo, nos traicionan haciéndonos sentir un torbellino lujurioso, llevándose todo a su paso creando conflictos y competencias. Sentimientos tan puros que arrasará con todo hombre o aquel que se acerque así sea por equivocación.

La gota que derrama el vaso empieza cuando nos obstaculizamos unos con otros. ¿Nos perdonaremos por ser de la misma sangre?