He querido follarla desde que cumplí diecisiete. O más bien, he querido que me folle desde que cumplí diecisiete. Sin embargo, me interesé en ella mucho antes, supongo... en realidad fue en el momento en que aprendí sobre sexo y todas las cosas estupendas que podía hacer con mi vagina. Como tener una polla empujando en élla. O dedos. O un consolador. La Srta. Aihara es la dueña de mis más húmedos sueños.