El Pacto Infame: Dios Nunca Pierde

Lo consideraba simplemente un cuento de miedo para asustar a los niños, un amigo imaginario que solía dibujar cuando era niña, un personaje siniestro que acechaba en mis pesadillas y merodeaba por los bosques cercanos a mi casa. Pero estaba equivocada.

Solo buscaba justicia, y él me ofreció algo mucho peor: venganza.

Si nunca hubiera pronunciado esas palabras, si él nunca me hubiera escuchado... simplemente sería otro feminicidio que aparecería en las noticias, horrorizando a los espectadores y destrozando el corazón de mi familia, como lo hicieron con mis 7 antesesoras. Ese habría sido mi triste final, sin culpables, sin justicia, sin forma de saber qué me había ocurrido.

Lamentaré por siempre que ese no fuera mi destino, porque desde que rechacé bailar con la muerte, he sido maldecida a un infierno en vida sin haber entrado en él