El estaba ahí..., desnudo de toda esperanza a principios de marzo del 2016..., sin que la espera le doliera..., sin que la nostalgia le incomodara..., sin que el silencio intentara aburrirle o atormentarle..., sabía que algún día ella llegaría a su vida..., ella, llegó sonriendo aquel domingo..., en verdad sus ojos eran infinitos..., sus labios eran eternos y tenían el brillo de un campo de girasoles..., llegó con su mirada angelical y dulce..., con sus alas mutiladas se aferró a él..., ambos se vistieron con sus sueños intactos... descubrieron que la serendipia era real..., su destino ahora estaba claro..., habían rescatado sus días de toda frialdad para vestirse de fuego..., para saberse efímeros y sentirse eternos...