"Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios (ángeles) que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas" (Génesis 6:1,2).
Jahziel es un ángel, pero no cualquier ángel, ella es una guerrera.
Criada bajo la protección del Arcángel Mikhael creyó firmemente toda su vida en dos cosas.
La primera: Los nephilims son la prueba del pecado y por el bien de la naturaleza necesitan ser erradicados.
La segunda: Nunca, jamás se enamoraría de uno.
Estaba equivocada en ambas cosas.
Cuando Jahziel, ángel guerrera se enamoró de Nathaniel, líder de los nephilims, no llegó a imaginar el impacto que él tendría en su vida, ni mucho menos cuál sería su destino.
En la milenaria guerra entre ángeles, demonios y nephilims. ¿Qué es más valioso, el amor o la vida?
Los personajes, nombres y esquemas que aparecen en esta novela son ficticios y de mi completa autoría, queda prohibida cualquiera copia, adaptación y distribución.
Los ecos del universo resuenan más allá del tiempo y el espacio, marcando los ciclos interminables de amor, sacrificio y renacimiento. Hazel nunca fue solo una humana; desde el principio de los tiempos, fue un faro, un alma destinada a arder con la luz de las estrellas y el fuego del infierno. Su destino y el de Erec siempre estuvieron entrelazados, un amor prohibido que desafió las leyes divinas y provocó el caos entre los cielos y los abismos. Ahora, el equilibrio mismo del universo está en peligro, y la chispa divina que habita en Hazel es la clave para preservarlo... o destruirlo.
En un mundo donde los ángeles son tan peligrosos como los demonios, y las decisiones de los mortales resuenan en los reinos inmortales, Hazel deberá elegir quién será al final: la chica que busca desesperadamente el amor de su vida o la fuerza imparable capaz de reescribir el destino de todos.