Los caminos

Todas las salidas del amor son malas salidas.
Todos los caminos conducen a lo mismo, a una desilusión, a una separación, a una amargura.
A una irrefutable tristeza.
Todas las salidas son malas salidas.
Son como las rutas que van a la capital, pasarán muchos caminos,pero siempre tienden a lo mismo.
La central de las tristezas vinculadas al amor se encuentran, irremediablemente, en el mismo lugar.
Hay amores que estiran el tiempo, como pidiendo un respiro, compran un perro y lo tratan como a un hijo.
Hay amores que se acuestan a dormir entre el "no sé que pasó", la costumbre de la conformidad y el miedo a la realidad.
Hay amores que viven arreglándose para morir de cualquier rayón en cualquier banquina.
Hay amores que se sustentan de traer personas al mundo para justificar la soledad inmune que los custodia.
Hay amores muy delirantes. Casi tanto que no se deberían llamar amor, que terminan en femicidios o androcidios.
Pero sin dudas el peor de los amores, estimado lector, se lo digo yo que lo he visto; es el amor de toda la vida.

Entonces desde mi humilde lugar le digo, siendo yo nada más que otro convaleciente del resultado inevitable del amor. Ármese un buen corazón, de conciencia y de paz que lo acompañe a encontrar lo que busca.
Apueste siempre a poner toda la pasión sin importar los resultados.
Y por ahí, sólo algunas veces, logre robarle un poquito de felicidad al tiempo.