Esta historia narra algunas de esas posibilidades a las que nos aferramos para sostener las relaciones con personas que alguna vez amamos, pero que el tiempo, la rutina, la incompatibilidad o simplemente el destino, nos puso en algún momento enfrente, y después de un período compartido, toman otro rumbo, y nos demuestran que el amor es tangible, finito y hasta a veces, incómodo. Y no sólo el amor de pareja. Esta historia habla sobre el amor no idílico atravesando varios vínculos... los padres, los hijos, la maternidad y el más importante, ese que nunca se puede romper, aunque todos los demás se rompan, el que entablamos a diario con nosotros mismos. Nuestros miedos, frustraciones, inseguridades, pasiones y un sinfín de sensaciones que nos invaden tratando de encontrar algún equilibrio, aunque no sepamos siquiera si existe, pero que nos haga visualizarnos en un estado de placidez más o menos constante que simule felicidad.
Quizá, al terminar el amor, nos sobreviene la paz, pero otras el miedo a la soledad, el agotamiento de tener que empezar otra vez de cero... el volver a confiar, el planear como nos plantamos frente al mundo para encontrar compañía otra vez, y como haremos para cambiar en el futuro, todo lo malo que nos dejó lo anterior. Y tal vez en esa exploración tan íntima, de nuestras inseguridades, temores y desafíos, descubramos por casualidad la verdadera esencia de estar en pareja, y que a veces, la infelicidad de cuatro... se reduce al placer de dos, a partir de una terapia poco convencional.
Una "Terapia imperfecta"
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.