Las sensaciones de la pérdida siempre son duras. Ver cómo la lluvia se convierte en algo tan significativo, al igual que los pequeños rayos de sol que atraviesan esas oscuras nubes. Al final de todo, siempre pasa. El arcoíris reaparece después de mucho tiempo, y aunque siempre vuelve al principio, siempre hay final. Tal vez solo era cuestión de tiempo. Dejar espacio de tres rayas a quien necesitaba cinco era lo mejor en ese momento, pero ¿quién iba a saberlo? Nadie. Simplemente nadie. °°°