No, no es una historia de amor, ¿o sí?
A quién engaño esto es una jodida historia de amor, algo rara, sí. Y muy complicada. Pero aún así, lo es.
Es un amor de la vida real, aunque algo fantasioso, pues ¿quien iba a creer que un heredero al trono me estuviera acosando por que no quise acostarme con él?
- La vida da muchas vueltas hasta que te marea, y no siempre te da lo que quieres. Su alteza real. - nótese mi sarcasmo en la última frase.
- Oh te equivocas, yo no soy cómo dicen todas esas revistas de cotilleo.- dijo con la voz grave y fuerte pero sin gritar, nadie debería toparse con él enojado nunca- pero quizás empiece a serlo, es hora de honrar mi reputación.
No entendí nada, pues no veía esas estupideces, me valía un bledo, además yo debería estar molesta él era el de la propuesta indecorosa y decidí resaltar lo.
- ¿¡Pero que diablos pasa contigo!? Te me acercas y me pides sexo como si fuera una cualquiera y pretendes que esté alagada por tu estúpido legado, que para empezar no sabía que tenías... - se quedó perplejo, seguro no estaba acostumbrado a que le hablen fuerte, y cariño ahora es que empezaba.
En ese momento juré que estaba ganando, hasta que en su boca se hizo una sonrisa socarrona que decía problemas, aléjate de ahí, pero no lo hice.
¿Masoquista? SEE.
- Me encantan los desafíos, y tú pequeña desubicada, escucha bien- inmediatamente le puse mi mejor cara de poker- VAS-A-SER-MÍA.
- PUES-NO-LO-CREO- Le conteste de la misma forma esperando que lo hiciera molestar y entender que no me importa en lo absoluto ser de él, pero. SÍ HAY UN PERO.
Solo sonrió y me contestó.
- Puedo hacer que dos Estados que llevan años en guerra firmen un tratado paz. Cariño, tu eres menos complicada.
Jamás me había sentido tan insultada en toda mi vida que en este momento, ¿me había dicho fácil?
Estúpido pais, estúpido trabajo y sobretodo ESTÚPIDO PRÍNCIPE.
Solo pude responder - Já, ya lo veremos.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.