El mundo de Oliver se resumía en una sola palabra: ordenado. El de Alisha: caótico. Mientras Oliver era estudioso y centrado en ello; Alisha era curiosa y ambiciosa. Eran diferentes, pero ambos iguales de soñadores y capaces de lograr cualquier cosa. Por ejemplo Oliver, que haría cualquier cosa por conocer a Alisha, así sea inventando un estúpido juego cliché que les cambiará la vida a ambos.