Soy Amalia, un desastre. Siempre meto la pata como si ese fuese mi único propósito en la vida. Suerte que tengo a mis amigos que son los aguantologos de mi vida, con ellos y unas noches en un bar no hay pena que sobreviva. Y de eso se trata la vida, de poner en pausa los problemas o adversidades y disfrutar un rato de un vaso de cerveza entre risas.