Elven, Homi, Maguish. Tres reinos, tres razas distintas que habitan el mundo. Enemistadas siglos atrás, ahora viven pacíficamente gracias al Gran Concejo, creado para mediar las leyes, en donde rigen la igualdad, el respeto y la dignidad para todos.
Medeck Nixalba es un joven Magistrado Maguish, que aspira a convertirse en Concejal y seguir los pasos de su padre. Willhané Sahnus, su mejor amiga, es una sencilla Elven que aspira a convertirse en una Sanadora. Obren Gladios es un Capitán de La Guardia Homi, temerario y arrojado, sin temor a entrar en batalla.
Tras el asesinato de los tres Altos Concejales reina el caos y confusión entre los miembros del Gran Concejo. ¿Quién es el responsable? ¿Cuál es su propósito? y un sin fin de preguntas sin respuestas. Y mientras se debaten el quién, el cómo y el por qué, el caos sigue desatándose, amenazando la existencia misma de los tres reinos por un enemigo largamente olvidado.
Cuando la ciudad natal de Willhané es destruida y sin tener noticia del destino de su familia, esta se ve obligada a abandonar la Gran Metrópolis, acompañada de su mejor amigo, en busca de respuesta, encontrándose en su viaje con un enfurecido Obren quien tiene deseos de venganza.
¿Podrán los tres encontrar y derrotar a los culpables del caos reinante, esos tres sirvientes quienes han traicionado a los de su propia raza? ¿Evitaran el regreso del terrible enemigo quien es más poderoso que nunca?
Lin Yi, un trabajador de oficina muy trabajador, murió una noche por exceso de trabajo. Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontró en el cuerpo de un personaje que había sido carne de cañón y que había sido casado con un magnate como parte de una alianza comercial entre dos familias adineradas.
En este matrimonio, Lin Yi era prácticamente invisible. Su dominante marido nunca volvía a casa, dejándole sólo una asignación mensual de cinco millones de yuanes.
Lin Yi: ¡Qué buena oferta! ¡Es hora de vivir la vida como un adicto al sofá!
Aparte de eso, Lin Yi también tenía un hijastro llamado Huo Mianmian, un niño de tres años que era pequeño, suave y hermosamente refinado. Sin embargo, el niño generalmente era muy tranquilo y cauteloso con los demás, no se acercaba fácilmente a nadie.
Lin Yi no tenía que preocuparse por criar al niño, disfrutaba de su nueva libertad, su única preocupación era cómo gastar su dinero.
Cuando estaba feliz, compraba un inmueble comercial; cuando no estaba feliz, un coche deportivo...