La primera hoja del árbol cayó. El crujir de ella bajo sus pies no fue escuchado.
No todos los otoños serían iguales.
Y aunque su oídos sordos no pudieron escuchar los sonidos provenientes de la guitarra tocada por el chico frente a ella de cabello largo, las cuerdas de su corazón despertaron con la mirada que sus ojos rasgados le regalaron.
El otoño destinado a encontrarse llegó, la estrella fugaz esperada cayó y como nunca antes, Jae-Ara pidió con el corazón poder escuchar la melodía de su voz.
Y por primera vez, Kang Moo-Kyul se cuestionó su propio deseo, sentir la cabeza de Jae-Ara en su hombro mientras él tocaba una melodía que jamás ella escucharía, lo hizo dudar.
El deseo había cambiado, ser la estrella de rock más aclamada quedó en el olvido. Y si solo pudiera pedir algo con el corazón, eso sería que alguna vez su pregunta pueda ser contestada;
"Jae-Ara, ¿puedes escucharme? Hay una melodía que he escrito y que siempre esperara por ser escuchada por ti.
Realmente deseo que algún día... puedas escucharme"