Juntos desde que nacieron y tras la separación de Tokio Hotel, las vidas de Bill y Tom Kaulitz tomaron rumbos distintos. Mientras que el segundo veía como la vida le sonreía, Bill no tenía más remedio que aceptar que había fracasado. Esa no era la vida que se esperaba, no entraba en sus planes vender su cuerpo por el codicioso dinero. No, no entraba en sus planes pero sin su hermano al lado, su vida...no tenía valor alguno...