Mark y Jeno llevaban el suficiente tiempo compartiendo cuarto como para no tener que esconderse en momentos que otros encontrarían vergonzosos. Estudiar y practicar para ser héroes profesionales se llevaba todo su tiempo y energías, por lo que cuando necesitaban desahogarse sexualmente, no se molestaban en cosas tan pequeñas como taparse. Sin embargo, eso era completamente distinto a lo que Jeno se encontró al cruzar la puerta del dormitorio.