Justin Bieber y Todd Reynolds estaban involucrados en un gran problema. Tras gastar todo el dinero del trabajo en el cumpleaños de Justin, no contaron con las consecuencias que implicaba hacer una fiesta en el pequeño departamento que los dos compartían. Ahora, sin dinero y viéndose atrapados en un lío del cual ninguno de los dos podía escapar, no solamente tenían que pagar lo daños del departamento ocasionados por la fiesta, sino que también, debían pagar el arriendo del mes. Desesperados, comenzaron con una extensa búsqueda de alguna manera para ganar dinero fácilmente. Una rápida hojeada al periódico bastó para que la solución a todos sus problemas se presentara frente a sus ojos: donante de sangre. Era un método fácil y sencillo, y además, pagaban a los donantes. Un poco de sangre a cambio de dinero, ¿Por qué no? Era una idea perfecta. Pero con lo que Justin no contó era que podía equivocarse de sala, y en vez de ser donante de sangre, terminaría siendo donante de semen.
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