Hasta llegar a tí.

Su mirada siempre se enfocaba en cosas tan pero tan pequeñas, que a veces ni él mismo lo notaba.
Se fijaba en cada más mínimo detalle de su alrededor.
Las emociones de sus amigos.
Las carcajadas de su hermana mayor.
Los logros de su hermano más pequeño.
La emoción y el amor reflejado en los ojos de su madre.
El esfuerzo en cada acción de su padre.
El como existían canciones que lograban erizarle la piel.
Como la luna solía brillar unos días más que otros, y como la naturaleza en sí lograba relajarlo.
Solía admirar todos los días las cosas más pequeñas que habitaban en su mismo mundo, tanto así que comenzaba a tener algún tipo de pasión por hacerlo siempre.
Admirar era uno de sus hobbys.
Y ella amaba ese pequeño detalle en él.