A través de anécdotas, mensajes, visitas, llamadas, imágenes y delirios narrados por voces tristes, encontramos un testimonio completo en torno al crimen más misterioso y resonado en el pueblo durante la última década. A decir verdad, ninguno de los dos cadáveres hallados fueron criaturas monstruosas en vida. Ambos sucumbieron a las fuerzas del océano, que tal como las drogas, y más aún la pasión, lo arrastran todo. [Obra decadente, de capítulos breves, basada en las canciones de Placebo.]