Erase una vez un ave de color dorada más bondadosa que cualquier otra, volando por los aires como si de su primera vez tratara , pero antes de batir nuevamente sus alas hacia un cielo azul , se vio asfixiada por grandes dedos y una jaula de color celeste. La pequeña ave dorada sólo esperaba ser libre otra vez , pero sin darse cuenta esa libertad jamás llegó a sus manos , entonces aquella bondad que tanto la definía fue cambiando lentamente de color , entonces el ave que era de un lindo color dorado poco a poco fue cambiando a un color carmesí como si de la misma sangre se tratara , sus ojos que brillaban poco a poco se fueron apagando. Luego se dio cuenta que todo lo que había dentro de ella era rencor y venganza disfrazada de bondad , sólo esperando volver a ser libre de esas manos que la atrapan y la dejan en un cielo celeste que sabe a metal.