"Shora! jaja Shora"
aquella voz se escuchaba tan lejana pero a la vez tan cercana para la morena que comenzaba a marearla, se sostuvo de su tronó un poco confundida, esa voz se le hacía tan familiar pero no recordaba a quien pertenecía
Antoinette hace muchos siglos que olvidó aquél nombré, ese nombre que le fue otorgado en su primer vida por su padre, ese nombre que fue el inició de todo
aquella chica que aparentaba no tener más de 16 años tenía más de 50,000 años, o eso tendría si no hubiera muerto tantas veces
cada vida tuvo un significado especial para la reina de los monstruos, conoció tanto amigos cómo enemigos, encontró un nuevo amor, así también como la desilusión, y veía la felicidad así como veía la tristeza
recibió tantos nombres, así cómo muchos títulos, entre ellos el real y más conocido "Reina de los monstruos"
Shora Vilwok fue su primer nombre, fue el que recibió en su primer vida, y fue la que más la cambió, por en ella lo conoció, a Molwak Crown, su Rey de los monstruos, su verdugo, su esclavo y a la vez su amó
"¿Si ese monstruo fuera mi celda porque querría salir de ella?"
eso era lo que pensaba cuándo lo conoció, o cuándo creía conocerlo.
Su matrimonio fue arreglado por ella y el padre de él para poder proteger a su pueblo, sin saber que caería rendida a los pies del siguiente Rey Monstruo, el ser más despiadado que podría pisar el mundo
las masacres a su pueblo pararon hasta la boda.
los niños comenzaban a ser arrastrados de nuevo a las profundidades del reino de los monstruos.
Y nuestra Reina? . . . nuestra Reina apenas mantenía su cordura con su esposo cerca, pareciera que el con solo mover los dedos la morena perdía todo rastro de autoridad
"Dije que no quería salir de mi celda? ahora quiero que me saquen! Quiero dejar de ver a este horrible ser a la cara!"
su maldición fue la reencarnación eterna, cada vez que ella renaciera recordaría su vida anterior al lado del Rey
Lin Yi, un trabajador de oficina muy trabajador, murió una noche por exceso de trabajo. Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontró en el cuerpo de un personaje que había sido carne de cañón y que había sido casado con un magnate como parte de una alianza comercial entre dos familias adineradas.
En este matrimonio, Lin Yi era prácticamente invisible. Su dominante marido nunca volvía a casa, dejándole sólo una asignación mensual de cinco millones de yuanes.
Lin Yi: ¡Qué buena oferta! ¡Es hora de vivir la vida como un adicto al sofá!
Aparte de eso, Lin Yi también tenía un hijastro llamado Huo Mianmian, un niño de tres años que era pequeño, suave y hermosamente refinado. Sin embargo, el niño generalmente era muy tranquilo y cauteloso con los demás, no se acercaba fácilmente a nadie.
Lin Yi no tenía que preocuparse por criar al niño, disfrutaba de su nueva libertad, su única preocupación era cómo gastar su dinero.
Cuando estaba feliz, compraba un inmueble comercial; cuando no estaba feliz, un coche deportivo...