Un día, el día que perdí todo, decidí no volver a caer en las redes del amor, el amor es una trampa para todos aquellos que deciden lanzarse a la aventura, yo lo hice, me lance pero mi paracaidas no se abrió y me estrelle contra el piso. Hasta qué un día, ella apareció, puso mi vida de cabeza, mi mundo daba vueltas al solo ver sus ojos color azul, un azul tan profundo como el océano, tan brillosos como el sol, y tan hermosos como ella misma, sin saberlo volví a lanzarme de ese avión, está vez no sabía si volvería a terminar herida o volvería a vivir como antes lo hacía, a volver a vivir antes de todo el infierno que viví a su lado, después de la tormenta llega la calma y esa calma se llama Clarke Griffin.