Domando el destino

Finalmente, había pasado. Tras una boda frustrada, una semana infernal con Ranma y la poca comprensión de su padre, Akane había tomado lo poco que realmente era suyo y se había ido. Tras 4 meses lejos, quien llegaba para anunciar que pronto volvería a casa era... su prometido. O potencial prometido.

Según la carta que este había traído, Akane quería un duelo entre todos los que la pretendían. Solo así se casaría, y solo así el destino de la Escuela de Combate Libre se decidiría. "¿Quién más podría ganar?", pensó Genma, aunque pronto se daría cuenta de que Kano, el nuevo potencial prometido de Akane, era una amenaza real. Solo esperaba que Ranma pudiera darse cuenta a tiempo.