Existe una ley, por respeto se debe prender una vela para el creador, él quien ilumina los cielos y las mañanas, dos velas para el Diablo, ese que se rebeló y condeno a la humanidad, pero en especial, si no deseas llevar la marca de la maldición en tu pecho, debes colocar tres velas para la Diosa en medio de la oscuridad.
Ella quién gobierna el infierno, quién tiene el poder absoluto del inframundo.
El tercer libro, de la trilogía Dioses, el final de las guerras, la oscuridad y la luz.
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En un mundo donde las guerras han arrasado con gran parte de la tierra, y la oscuridad y el dolor se han convertido en la norma diaria, la esperanza parece ser un eco distante. La humanidad se tambalea al borde del abismo, un abismo en el que Dios parece haber cerrado los ojos y abandonado a su creación.
Una mujer que, para sobrevivir en un mundo cruel y despiadado, debe transformarse en lo que más odia: una bruja.
En el oscuro panorama de un mundo olvidado por la divinidad, ella se ve obligada a abrazar poderes que una vez despreciaba, convirtiéndose en el último rayo de esperanza en un universo que ha perdido toda luz.
Libro No. 3