Hay almas que están destinadas y tienen la suerte de encontrarse, ese es el caso de Juan Pedro y Mariana, hasta acá todo suena normal, pero más adelante la sociedad va a querer juzgarlos.
Juan Pedro tiene a su mamá Roberta y a su papá Juan Carlos, mientras que Mariana solo tiene a su mamá Marcela.
El destino es caprichoso, es por eso que después de un trágico accidente sí o sí van a tener que acercarse cuando toda la vida se ignoraron mutuamente, sus familias van a tener que "ensamblarse", lo único que siempre los logró unir (en pocas ocasiones), es su hermana menor Julieta, la que es la luz de sus ojos, quién más que nunca va a necesitar de ellos.