-¿No te da miedo?
-La verdad, ya no.
Empezar de cero es un arma de doble filo. Puede ser escalofriante y también adictivo. Es una montaña rusa, con subidas excitantes y bajadas en picada que pueden destruirte en cuestión de segundos.
Para mí, es una vida empacada en una maleta y un boleto sin retorno a un país desconocido.
Es como saltar un acantilado. No sabes si caerás sobre las piedras, o en el agua, pero igual te quieres arriesgar para sentir la adrenalina, para sentirte viva. Y segundos antes, piensas en todo. En qué pasará, en cómo será, en si se sentirá como crees... Dudas de si estás haciendo lo correcto y te das cuenta de que solo debes saltar. Sabes que valdrá la pena y que si no es ahora... entonces ¿cuándo?
Desde que me fui de Venezuela soy distinta, soy otra. He llegado a la cúspide de la felicidad y también he caído en el más oscuro de los huecos. La he pasado muy mal, pero también la he pasado de puta madre. He estado sin casa, sin dinero, sin comida, sin papeles... sí, he trabajado ilegal. Me han roto el corazón y me han humillado como nunca. Me han insultado por mi forma de hablar y también me han dicho que seguro me gano la vida gracias a mi belleza, a mi cuerpo.
Mi nombre es Lena, tengo 28 años de edad y aquí estoy, contándote mi historia, la historia de una inmigrante con un pasaporte casi inservible. La cruda realidad de lo que es emigrar, de lo que realmente se vive una vez que te vas.
Si me quieres acompañar, te advierto que no será fácil y muchas veces será muy frustrante. Tienes que ser valiente, luchador y jamás, repito, jamás debes dejarte pisotear.
Puede ser un viaje largo, pero te prometo que encontraremos nuestro lugar en el mundo, capaz no hoy, ni en dos o tres años, pero lo encontraremos y entonces habrá valido la pena cada sacrificio, cada lágrima, cada duelo.
Nada ni nadie me detendrá, no ahora. No si yo no lo permito.
Ya están abordando... ¿vienes?
Historia de Ovidio Guzmán López.
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No había forma de que un amor tan prohibido acabara bien, aún así Ovidio Guzmán y Atenea Salas creyeron el uno en el otro, o eso parecía...
En el amor y en la guerra lo que importa es la lealtad, cuando está se traiciona no queda más que pelear.
El le confiaba a ella su vida, pero no la de su familia.
Ella le confiaba a el su muerte, pero no la de su gente.
Un consejo de su padre nunca lo dejaría caer, de un ratón no solo tiene el apodo y su sangre Guzmán le daría la agilidad