Siempre había sido la chica de los libros, la típica que prefería quedarse en casa leyendo viviendo aventuras a través de las páginas antes de salir y vivir esas historias; si soy honesta no me sentía preparada para vivirlo, la cruel verdad era: confiar en la gente podía significar que te rompieran el corazón y quien en su sano juicio quiere que se lo rompan. Hasta la fecha había llevado una vida tranquila en la ciudad, intentando de cumplir el tan llamado "sueño de la juventud", ya saben conseguir un lugar propio al que llamara hogar, un empleo que me hiciera feliz y obviamente tener el poder de decidir quien quería ser y ahí estaba yo tratando de cumplir con mis propias expectativas, iba y venía del trabajo, tenía tiempo para leer, incluso tenía una mejor amiga. Hasta aquel día, en que entre a una tienda de antigüedades y mi vida empezó a cambiar. A veces nuestras almas gemelas son de otro mundo. A veces nuestras almas gemelas están a un sueño de distancia. A veces las almas gemelas están hechas de sueños.
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