Oscuridad. Destrucción. Sexo. Muerte. Estas cuatro palabras definían mi vida. A decir verdad, eran las únicas que podían representarme. No soy el caballero de brillante armadura, ni pretendo serlo. Me identifico más con el villano de la HISTORIA. Sí. Si el diablo tiene nombre, ese es el mío; Cedric. Desconozco si creéis en el destino, en la simbología, en los chakras o cualquiera de esas mierdas en las que el noventa por ciento de la población cree. Yo pertenezco al diez restante. Pero deberíais saber que Cedric, en la cultura celta hace referencia al "líder de la guerra" y sobra deciros que no es una coincidencia.