Kim y Park, los dos apellidos de sus bullies desde que tenia memoria, un día solo lo acorralaron contra una pared mientras se burlaban de sus lentes dandole comentarios groseros y dolorosos para, en ese entonces, un pequeño niño de 6, no sabe porque, como, ni cuando es que ellos se interesaron en él como presa, pero, ¿cambiaran los sentimientos con el tiempo? Por supuesto que sí.