25 citas y un café (Capítulo cada semana)

El mayor de los problemas de Pandora es haberse pasado toda su vida con la nariz metida entre las páginas de los libros. Pensando, más bien creyendo, que así aprendería cada una de las pautas que hay que seguir en el amor, que encontraría a ese personaje con el que haría el amor frente a una chimenea tras acabarse una copa de vino, en un hotel, en la montaña. Que enamoraría al chico malo del instituto y que lo cambiaría. Haciéndola creer que ahí fuera uno, de todos esos peces que hay en ese mar llamado Madrid, estaría su alma gemela. Porque eso es lo que nos han hecho creer. Las novelas románticas, el sexo literario, el amor entre los protagonistas, todo ello la ha obligado a idealizar a todas las personas que se han cruzado por su camino desde bien joven. Teniendo unas expectativas tan altas, que todos los hombres parecían ranas. Pero esta a punto de conocer amores de un modo tan caótica, misterioso, romántico, infiel y extremo. Un amor para el que no estaba preparada. Un amor que no estaba acostumbrada a leer.