Aún recuerdo que estaba sentada frente a mi ventana con los audífonos puestos, viendo como las gotas la golpeaban, recuerdo la canción que estaba escuchando, Storm de Lifehouse, mi canción favorita de todos los tiempos. Mamá llamo a la puerta, le permití la entrada, pidió que saliera a recorrer las calles vacías y heladas para despejar mi mente y parar de llorar. Trate de negar a su propuesta pero no accedió. Tome una chaqueta, mi móvil, los audífonos y me fui. Seguía teniendo las mejillas rojas y mojadas por las lágrimas, el frío me estaba congelando el rostro. Quería regresar a mi cuarto, dormir y llorar, lo que he hecho durante meses.