Ethel, tan egoísta, piensa Mildred. No puede comprender su actuar tan horrible con los demás, siempre pone un muro frente a todos. Aunque realmente a Mildred no le interesaba.
Al menos hasta que en un arrebato de ira y tristeza, Ethel deja caer sus muros y rebela su debilidad.
-¡Te odio Mildred Hubble, te odio a ti y a tu perfecta y feliz vida! - gritó casi con lágrimas en los ojos la joven rubia, quizás mintiendo un poco y continuó
-Tu vida es tan perfecta y aún así crees que puedes entenderme, tú no sabes nada-.
-Tienes razón, no se nada. Pero quiero comprenderte - dijo de forma sincera la chica de trenzas -Dejame hacerlo, porfavor- finalizó sonriendo de forma sincera e inocente.
Aquella sonrisa penetró el corazón de Ethel y lo llenó de calidez por unos segundos.
Ella tan solo aparentaba frialdad, pero simplemente no podía dejarse llevar por sus emociones, mucho menos si se trataba de Mildred... Simplemente no debía.
NOTA
Este fanfic esta adaptado a las tercera temporada de la serie cuando la madre de Mildred fue profesora de Artes en la academia.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero