Mi cárcel, mi vida.

Esta es la triste historia de mi vida. Todo comenzó cuando yo estaba en la primaria.Mis compañeros de curso me rechazaban por los problemas de sobrepeso que tenía; mis padres se habían separado y mi madre me echaba la culpa a mí. Mi padre la había engañado, y ella decía que lo había hecho porque yo era un niño gordo, feo e inservible; y él decía que no quería ver a alguien tan fracasado como yo.Mi madre no solo me insultaba, sino que también me golpeaba cuando se emborrachaba. Mis compañeros se burlaban de mi estilo de vida, de mi cuerpo y me decían que, cuando creciera, sería un borracho, como mi madre. Ellos pasaban junto a mí y me empujaban, me escupían, me golpeaban e insultaban, me quitaban los útiles y los tiraban. Así era mí día a día. Llegué a estar internado varias veces, en tan solo dos meses, de los golpes que me daban mi madre y mis compañeros. Recuerdo aquella vez en la que mi madre me empujó por las escaleras y me abrí la cabeza.