La vida de Lía era simple. Su rutina, aunque un tanto monótona, se basaba en salir de su casa al instituto y del instituto a su casa, ni más ni menos. Era una chica un tanto aburrida, que lo único que le interesaba era mantener un perfil bajo, sin que nadie la notase. No le agradaba llamar la atención. Prefería mil veces ser invisible, a tener los ojos de todos en ella.
Sin embargo, la pequeña Lía no era tímida. Todo lo que pensaba, lo decía sin un ápice de arrepentimiento, lo que le molestaba e incluso alegraba, no se lo guardaba. Toda la vida fue segura de sí misma. Su madre le había enseñado a ser valiente.
Le agradaba su vida. No fiestas, no alcohol, no problema y sobre todo, no chicos. No tenía tiempo para eso, era feliz así, sin salir de su zona de confort.
Pero esta vida no es fácil y Lía estaba a punto de descubrir eso.
Tal vez pensaba que podía vivir su vida sin líos, alejada de todo. Lo que ella no sabía y no contaba, era que cierta persona llegaría a su vida sin pedir de su permiso, destruyendo así poco a poco, las murallas que ella tanto le había costado construir a su alrededor.
"No temas por lo desconocido. Siempre es mejor mirarlo primero y con el tiempo sabrás si vale la pena sentir miedo o no."
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-Historia con mucho cliché...
En la cima de la montaña, el aire es más frío y el silencio más ensordecedor. No es solo la nieve la que cae en el descenso, también lo hacen las certezas y los miedos. En el mundo del snowboard, cada salto es un riesgo y cada curva puede cambiarlo todo.
Sue Harper ha pasado su vida deslizándose entre expectativas y sueños, buscando algo más que aplausos: la certeza de que su lugar en la cima le pertenece. Pero cuando la línea entre la ambición y los sentimientos se vuelve borrosa, el verdadero desafío no está en la pista, sino en mantener el control cuando el corazón quiere lo contrario.
En un espacio donde la lealtad, la rivalidad y la libertad chocan como avalanchas, aprender a confiar puede ser más peligroso que cualquier caída. Porque el hielo guarda secretos, y a veces, lo más difícil no es llegar arriba... sino no perderse en el camino.