«No hay nada más fuerte que la esperanza, ni siquiera el miedo, pero es porque no conocen la sed de venganza y el anhelo de obtener lo que merecen». Las traiciones, mentiras y manipulaciones han llevado a los ocho a tomar caminos distintos. Mientras no se sabe el paradero de Anabella y Yionne, unos se mantienen en pie buscando alternativas qué las traigan de vuelta, mientras otros simplemente se resignan a afrontar su condena. Una amenaza más grande recae sobre los hombros de todos. Ya no se trata de salvarse a sí mismos, se trata de salvar todo lo que conocen y aprecian. Si quieren acabar con la amenaza qué se presenta como una catástrofe necesitan: Matar y destruir.