
-¡Adalia, cuidado! -¿Qué?- gritó la contraria quitándose uno de sus auriculares para escuchar mejor al de pelos castaños. Y en ese instante, ocurrió todo. Se despertó, con los latidos acelerados y sudando, examinando el lugar donde se encontraba, seguía en el mismo lugar en el que se había dormido la noche anterior. Este libro ha sido escrito por aburrimiento, si ven algo que esté mal escrito o que te incomode comunícamelo y lo borraré o modificaré.All Rights Reserved