Jerry era un perro, pero no se trataba de un perro normal. Tenía una gruesa cicatriz que le corría a lo largo del lomo desde la parte de atrás de las orejas hasta el lugar donde se unían sus patas traseras, unos ojos de vivo color negro que brillaban con la luz y una boca abierta que enseñaba una fila de diminutos y amarillentos comillos. Además su cuerpo estaba relleno de algodón.All Rights Reserved
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