Alexa era una mujer de 20 años de edad, tierna y muy espiritual. Cautivaba a cualquier ser que oliera el perfume de su piel. A los trece años ya despertaba la depravación en sus vecinos y los celos de cada dama que la viera. Pero ¿Por que? se preguntaba Alexa, ella no tenia busto, curvas o la cara de Monica Belucci. Pero aun así, irradia energía cautivadora y apacible. Ella era un ser que daba paz y contaba con mucho magnetismo.
Su abuela, al darse cuenta del inminente atractivo de su nietecita y ver el descarado mirar de los hombres de la ciudad, tomo acción y se la llevo a vivir lejos. Esto para que los hombres no la siguieran o intentaran espiarla en su casa. Es decir, buscaba protegerla. Lo haría hasta que ella supiera hacerlo sola.
Alexa, por otra parte sabia que era admirada, pero jamás sintió que alguno de los hombres embellecidos fuera a tocarle un solo cabello. Era extraño pero era consciente de la energía de las personas. Cargada de confianza, desobedecía a su abuela y se mandaba sola a donde ella quisiera explorar, es que, desde luego ella sabia que era una alma libre y ni siquiera su abuela, con buenas intenciones la privaría de su destino.
Quizá fue su extrema confianza en si misma o su capacidad para diferenciar a las buenas personas de las malas, o quizá fue porque creyó que estaba exenta de muchas situaciones deplorables, quizá su ingenuidad no la dejo verlos venir. Pero una noche todos los seres que llegaron a amar a Alexa deberían pasar por la pena de verla morir y ella seria, para su sorpresa su propia asesina.
Cuando eres una chica nada normal ni nada corriente, que intenta vivir contra todas las adversidades de su vida, pero es sacada de casa y no gentilmente qué digamos.
Y solo le queda empezar a trabajar con un multibillonario de niñera, sin saber los secretos y las mentiras oscuras que este guarda, quedando atrapada en estas que se vuelve una cadena invisible alrededor de su cuello que cada vez tiene m ás peso.
Eso no es lo único Melody con tal de conseguir la cura para el asma, termina en un matrimonio arreglado con nada más ni nada menos que el Sr. Deces.